viernes, 27 de julio de 2012

Filosofía sentimental

"... solo recordaré que si bien es cierto que nuestro cuerpo puede apresurarse y tonificarse por medio de una actividad deportiva constante, nuestro psiquismo, mezcla de dramas, remordimientos, lamentos, obsesiones, decepciones, heridas, humillaciones, fracasos, etcétera, permanece igual. Ninguna ascesis, ningún trabajo nuestro sobre nosotros mismos, como aún dicen los predicadores de la vida buena, dará forma a esa pesada e inerte materia prima."

Ficha: "Filosofía sentimental", autor Frédéric Schiffter, 451 Editores, 147 páginas, ISBN: 978-84-92891-12-2

En mis incesantes búsquedas de nuevos títulos de ensayos sobre filosofía a los que "hincar el diente" me encontré con este libro de reciente publicación del profesor de filosofía y ensayista francés Frédéric Schiffter, fue una compra nada meditada, casi de forma compulsiva ya que no tenía referencia alguna de este libro ni conocía nada de su autor. Igual era el bonito diseño de la cubierta unido a la aparente claridad y sencillez de su texto, la contraportada tampoco anunciaba nada especialmente atractivo aunque el elenco de autores cuyas ideas serían comentadas en el mismo, entre ellos mi adorado Montaigne, podía ser una garantía... el caso es que al poco de comprarlo tuve esa sensación molesta de haber tirado el dinero seguramente y que igual aquello no valía la pena.

Afortunadamente mi escepticismo e indiferencia duraron muy poco en cuanto me adentré en sus primeras páginas leídas a ratos perdidos por las paradas de autobús y los bares que frecuento, costumbre que en ocasiones constituye todo un reto, al igual que hace el autor de esta bonita y atractiva colección de pequeños ensayos, los libros me ayudan a aislarme de cuanto me rodea y en ocasiones me proporcionan un refugio cuyo valor estimo cada vez más.

Diez breves capítulos hay en este pequeño libro, diez ensayos sobre filosofía cada uno originado en torno a un pensamiento, diez pensadores u obras en torno a las que giran las ideas magistralmente expuestas por este oscuro profesor de filosofía de un instituto de secundaria en una pequeña ciudad de provincias francesa. Nada famoso en comparación con ese nutrido grupo de pensadores y brillantes autores del país vecino, un librito que seguramente pasará sin pena ni gloria publicado en una pequeña editorial, aunque de gusto exquisito a mi entender si acogen obras como esta.

Como muy bien explica en el prólogo, su autor no pretende hacer un libro de aforismos ni un tratado, simplemente ofrece un conjunto de reflexiones en torno a un determinado tema introducido por este breve pensamiento. Como hilo conductor de los mismos la intención de ofrecer un lado humano de la filosofía, no solamente un debate sobre las ideas expuestas por este conjunto de autores sino también el reflejo de la vida de cada uno de ellos en las mismas sin separar al hombre del pensamiento que expone. Ante todo encontramos en este autor una intención de someter a las ideas a una confrontación con el mundo real, con el ser humano que las esgrime... sin darles más vueltas ni perder el contacto con la realidad.

"Los aprendizajes de la sabiduría son puramente psicológicos y deberían basarse en la fuerza conjunta de la razón y de la voluntad. Pero semejante conjunción es una ficción, una invención de los filósofos. Una broma."

Es un concepto el de su filosofía profundamente materialista y pesimista, no lo niega, sin embargo no se recrea en las miserias humanas pero tampoco trata de eludir el aspecto tenebroso y trágico. Un difícil equilibrio que a mi parecer ha logrado plenamente... ¿una prueba de ello? pues que no soy masoquista para nada y he disfrutado mucho con la lectura de este libro, es más, no he podido evitar sentirme retratado en muchas de las ocasiones en las que habla el autor. Cuando se refiere a la vida que lleva como "aburrido" profesor, cuando habla del refugio que encuentra en los libros para protegerse de la vulgaridad que le rodea, cuando nos habla del impulso creador y como en cierta medida las ideas son, como bien comentaba Proust, un "sucedaneo" de las penas. Creo que han sido los tres o cuatro primeros capítulos en los que me he llegado a decir "yo también hubiera hablado de este tema si hubiese escrito un libro de filosofía" ¿cual de los libros que he leído hasta ahora me han producido esa sensación?... la verdad es que este ha sido el primero.

No puedo evaluar de la misma manera todos los capítulos, hay alguno que casi considero prescindible o donde a mí entender su discurso didáctico se aparta bastante del poderoso comienzo del libro, pero estamos ante una obra tan personal, de tan libre factura que es inevitable que quede salpicada por las circunstancias personales de su autor. No se privará de darnos en ocasiones abundantes datos autobiográficos como excusa para sus disertaciones filosóficas, si bien tampoco abusará en absoluto de las mismas. Hubiera sido por su parte un ejercicio de deshonestidad no hacerlo dado el tema del libro. Schopenhauer, el novelista Marcel Proust, Freud, Michel de Montaigne, el episodio bíblico del Eclesiastés, Spinoza, Chamfort, José Ortega y Gasset... en sus páginas veremos desfilar los más variados temas y los filósofos de más diferente pensamiento, lo que le convierte a la introducción, creo que no premeditada, a la obra y pensamiento de los mismos. 

Particularmente me ha gustado mucho el capítulo dedicado a Schopenhauer y su brillante disección de su obra magna "El Mundo como Voluntad y Representación" en referencia al sufrimiento de la vida humana. También el dedicado a la figura de Michel de Montaigne y su temática obsesiva de la muerte aunque luego el capítulo derive rápidamente hacia un enjuiciamiento de los Ensayos con una brillantez y capacidad de síntesis para captar el alma del gran escritor gascón realmente admirable, de diez. Mención aparte merece el capítulo dedicado a Marcel Proust y a su inmortal obra "En busca del tiempo perdido" donde nos expone sus ideas sobre la creación artística o literaria y su capacidad para si no mitigar al menos transmutar las penas y el dolor en un sentimiento más fácil de sobrellevar.

El último capítulo dedicado al tema del amor y la visión del mismo a través de una obra de José Ortega y Gasset también merece ser mencionado, e incluso citado:

"A la euforia del encuentro de dos soledades que se esfuerzan por coexistir, viene rápidamente a mezclarse la sensación de la corrosión del tiempo que pasa, la angustia de la separación, la certeza de la pérdida. Puede comprenderse que ante la perspectiva de tales sufrimientos, sea más simple, más tranquilizador, más pequeñoburgués, entregarse a la rutina del desenfreno o a la proeza del casamiento. El amor es la forma más exquisita de la incomodidad de vivir"

Que nadie busque paz de espíritu en este libro, ni tampoco recetas o soluciones para la angustia de vivir, ni manuales de ningún tipo para filosofar, sufrir menos, o lo que sea... no es ese su objetivo, tan solo mostrarnos las reflexiones interesantes, honestas, desmitificadoras y sinceras de su autor ¿pesimismo?, sin duda, pero también un día ventoso y nublado que sirve de marco a un mar gris y embravecido puede ser bello de contemplar. Lo que sí hay en el mismo es sentimiento, tal y como su título indica, y mucho, en la medida de que como una vez fue definido el sentimiento, estos no son sino el reflejo del pensamiento en el cuerpo. Unidad pues de cuerpo y alma, de lo espiritual y lo terrenal, del mundo de las ideas y la materia a través del sentimiento usado a guisa de puente.

Lo mejor: Sencillez, honestidad, claridad meridiana. No posee las cualidades que adornan a otros autores mucho más experimentados, originales y ambiciosos. Sin embargo este filósofo francés, de segunda o tercera fila, ha conseguido hacerme disfrutar con su libro.Espero con ilusión su próxima obra titulada "El techo de Montaigne", confío en que no tarde demasiado en publicarse y que mantenga el nivel de esta.

Lo peor: La excesiva brevedad quizás, y también en que en medio de tanta reflexión realmente uno no termine de sacar conclusiones definitivas, tampoco el autor lo pretende es cierto, pero al final te das cuenta de que los temas daban para mucho más y que realmente aparte de pasar un buen rato y hacerte reflexionar brevemente tampoco te han aportado demasiado. Debería ser más ambicioso en próximas obras, creo que Frédéric es un filósofo bastante mejor de lo que quiere hacernos creer aunque sea como divulgador y comentarista de ideas ajenas. Necesaria una "cultura filosófica" previa, este no es un libro para neófitos en el tema aunque si bien carece de dificultades técnicas hace frecuentes referencias a autores sobre los que es necesario poseer conocimientos, aunque sea bastante rudimentarios y superficiales como es mi caso.





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